Por
tu presencia
floreciendo
en logros,
metas,
sonrisas,
qué
sé yo.
Sin
exhortar ni medio ápice,
frondoso
amor de tus palabras.
La
mañana siempre llega
somatizando
nuestros sueños sonoros,
tan
típicos, tópicos,
quizás
utópicos…
Que
el rastro del sueño
queda
para Hesse.
Lo
nuestro
es
realidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario